Madrugar con la noticia que es tu último día, que por más que corras, el cuento no tiene un final feliz, que necesitar de otro siempre va a ser una carencia, que no existe lo que se anhela, que no se anhela sin antes imaginarlo, que imaginarlo es escapar, que escapar es afirmar que no sos feliz.Y cómo quiere uno ser feliz, si madruga con una mala noticia.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Al otro lado de las sábanas



 … que venías a pasar el rato. Yo era una cueva: frío, rígido, oscuro y protector. Entrabas en mí, llorabas primero, te rearmabas después hasta que salías esperanzada de jugar al aire libre frotándote en el césped y no volver a encandilarte con el sol. Nunca te despediste. Te usaban y vos consentías, te decían la verdad y deprimías. Lo que te sucedía no era nuevo, recuerdo muy pocas cosas nuevas, el resto fueron copias involuntarias o voluntarias, nunca lo sabré. Como no te agradaba entregarte a los placeres mundanos porque sí, pero bien los ostentabas, por vergüenza o inseguridad terminaban al menos postergados.
 No viene al caso cuan sensible eras, cuan sencilla con alcohol-por no decir fácil-, pero la ilusión que te… buscabas amor, alguien ya había encontrado piel.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Nirvana



Estoy arriba de una tranquera, es de noche. Una noche mansa hace, no hay viento. Me empecé a acordar de vos, de ustedes, de todos bah. Los llevo siempre en mente. Es más, me surgió el recuerdo hoy a la tarde cuando vi a unos chicos saliendo de la escuela. Se iban riendo de cualquier cosa como lo hacíamos nosotros. Después seguí paseando y ahora que se calmó un poco todo, te escribo. Sabés qué lindo este lugar. Apenas si llueve o sale el sol, los días están calcados entre sí de otro día casual. Ya hace tres, cuatro meses que estoy acá y me pienso quedar algunos meses más, quizá. Voy, vengo, no tengo lugar fijo ni quiero tenerlo tampoco. Me siento bien conmigo. No es de ególatra ni por aparentar rudeza, es real. Estoy, de verdad, bien.
Hace tiempo tendría que haberte escrito pero no quería imaginarte esperando mi regreso. Ni con fe. Sos de los que buscan explicaciones racionales a todo. Aclaremos: no me fui por algún problema en particular, no hay culpas. Vacío, un hueco que se llena de a poco en la vida: amor, sueños, trabajos, desgracias, un gol, etc. Pero no todos tenemos el hueco, el espacio. Simplemente no. Así fue como me harté de mí y fracaso tras fracaso tras frustración iba haciéndome cada vez menos y arrimándome más. Partí. Yéndome, hace tiempo que ya no soy.
Fue muy duro al principio, tomar conciencia costó mucho y adaptarse, más todavía. Apenas tengo vista (los ojos los perdí) y casi nada de materia. Voy mutando. Es gracioso: habría sido imposible, antes del cambio, pensarme como ahora. Te contaba, cuando empecé con este tema lo más raro era des-acostumbrarme. Des-acostumbrarme a mí, al tiempo, a esperar. Luego vino el extraño. Limarme la cabeza pensando en ustedes. Porque al fin y al cabo uno vive para unos pocos. Despojarme desde el yo hasta la memoria. En verdad fue complicado. En el camino me enamoré y me des-enamoré, eso de las relaciones largas no es amor. No vamos a hablar del amor, ya se ha escrito demasiado.
¿Vos cómo andás? ¿Qué es de tu vida? Desde acá te siento como a un torpe que disfruta con ganas pero que temem. No sirve temer. Si tenés miedo de algo no lo hagas, pero si querés vencer al miedo… no me mires así ¿Qué puedo mentirte? Por otro lado, encará la realidad. Es mi vida. Es mi vida y a la vez muchas vidas. No hay nada que se erija encima de tanto. Aceptalo, soy marginal, soy un hombre cansado de haber existido. Parecerme una ola con elefantes dándose la trompa desde una ruta y ser una piba con cara de joystick desde tu balcón. Ya no me mires así que soy nube.

P.D: Los rayos no existesn, son los flashes de las fotografías.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Stop



  

  El mundo se detuvo. Yo continuaba mi trayectoria por inercia como todo lo que no estaba aferrado al suelo. Me creí empujado, volaba por el espacio sin tiempo. Me sentía más pesado que de costumbre y más lerdo.  El viento se enredó a sí mismo, los mares todo lo inundaron. El magma vio luz por las montañas mientras los árboles se deshojaban torcidos, crecían torcidos y morían torcidos. Cada noche duró seis meses, y más también.
  Salvo por los astros yo era feliz, porque en esa carrera contra la persistencia de la quietud, eran ellos quienes me arrestaban.
  Todos los temores se arrinconaron al este. Despedimos al magnetismo y nos reconciliamos con la locura. Asfixiado por la perplejidad comencé a correr como pude, surfeando espinas del inmóvil globo. La incertidumbre, total eclipse, fue entera.
  Rojo. Ya no se mentía. Azul. Flujo de verdades. Anaranjado. Creer que todo era un falso despertar.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Las Cuatro Estaciones


Baño

Manuel y Leo están besándose en el baño detrás de la cortina. Nadie sabe lo de ellos. Abre la puerta Nico y silbando se dispone a mear: levanta la tapa del inodoro, se desprende el cinto, baja sus pantalones y calzones, y finalmente se sienta y mea. El hombre que orinaba sentado. Manuel y Leo no saben si reírse o entrar en shock. Todos tienen secretos.

Cocina

Esteban y Lucas preparan fernet. Lucas avisa de antemano que le anda con ganas a La Gringa y pidiendo opinión, mira a Esteban. Calla, reflexiona y omite su juicio -obstinación. No hay chances, hay alcohol. Muy arriesgado pero la suerte existe.- Esteban y Lucas saben: todos tienen secretos.

Patio                   

Se quema el joint, se va. Y ahí está la mierda consumiendo a la mierda. Le derriten un helado en la nariz, cálido. Se eleva, se siente lívido y es rojo fuego. Todos tienen secretos.

Living

Música. Hay gritos y ceniceros seduciendo a los vasos pinchados. Un joven serio conversa con su amigo, más bien chismean hablándose de oreja a oreja. Parecen estar criticando a todos los allí presentes, burlándose y se reconfortan a pesar de no creer que alguien los esté viendo y tomando testimonio memorioso del acto chato y chusma. Pobre de ellos.

Living (más allá)

Hay una nena triste neurótica empalideciendo ansiosa que se contamina con su propio humo, una lástima. Alguien canta que es un gárgola que no le teme a la oscuridad, pero todos sabemos que un kilo de harina cuatro ceros es más útil.

Chiste en voz baja causa furor… y a una señorita se le escapó un pedo. Todos tenemos secretos.

martes, 28 de agosto de 2012

Calle

Te recuerdo O´Higgins,
la calle mojada,
meceándote en la baranda
del paso nivel.

Tu silueta torcida,
las vías cercanas,
inundada (en) la esquina
donde está el café.

Adornan tus veredas
clubes, correos,
instrumentos, tiendas,
burdeles, paseos.

Tu vida es larga
salvo los domingos,
comisarias y hospitales
no entienden de ritmos.

Tu vida es larga.
No morís en la avenida.
Desmigajado el comercio
quedas habitada,en mí.

lunes, 13 de agosto de 2012

Full HD


 Soy el temor, lo siento como arena tibia en el rostro.
 Entonces empuño la espada para herir y aprieto la pluma para mentir. Me lanzo enfurecido quebrando mis dientes hacia lo turbio. La pantera permanece en la sombra respirando suave, negra, hermosa. La niña agita, la niña lesbiana y boba ruge, pobre, extasiada mientras me decido a atravesar su torso. La niña regurgita excremento y luego un fluido turquesa para terminar el cuclillas convulsionando. Yo soy la espada y soy la pluma. La pantera ríe y salta, estira sus patas golpeándome fuerte en la sien. Caigo. Continúa riendo. Sus ojos inyectados en una rabia mágica explotan y atacan a la niña desvaída  que se entrega al placer de golpes y moleduras, eyacula. La pantera llora empapada de años mares pop preparándose para aniquilar a la niña profana que viene hacia mí, desnuda, plena y pura, inocente y deforme: a veces ciega, ahora tonta; y ya mis manos lenguas quieren ser. Me tienta y lo sabe. Si tan solo una vez y última… la deseo y su boca emana turquesa. Se acerca más. Calor. Mi nariz es su pezón, creo. Algo falla y tuerce el cielo. La desesperación se contrae en mi espíritu y la espada penetra su vientre. Grita muriendo de placer y de dolor. Rápidamente salta la pantera para comerme cuando mi pluma azota en una arteria; la fiera salvaje ríe y agoniza. Vencí, he ganado aunque nada pasa. Increíble. Ellos deciden levantarse y continuar peleando mutuamente ignorándome. Siempre me ignoraron, caigo en la desilusión de que no existo, que no me reconocen como contrincante. Yo solo no soy nadie. Me diluyo. Me arrastro como serpiente en el polvo. Me hundo. Contemplo como la fiera y la niña se lastiman y gozan; cada golpe, cada paliza propiciada es digna de emoción. Huelo la saliva de las mordeduras. Resigno el tiempo en mero soporte.

domingo, 29 de julio de 2012

Ensayo, prueba y error


Es un pájaro, es un avión. No, es un OVNI. Un OVNI no significa: primero, que esté piloteado o comandado por alguien; segundo, no es necesario que sea un objeto extra-terrestre; y tercero o último primordial, por qué habría de pensar una conspiración que amenaza a la especie humana para esclavizarla y extirparle sus órganos en raptos lumínicos con despertares amnésicos. Nadie sabe con certeza, mas se pueden imaginar los chiches que hicieron de la Guerra Fría una guerra divertida a control remoto y con navecillas en bases secretas soviéticas. En el chinchudo de los casos estaríamos frente a la presencia de una especie explotada por comics y películas de science fiction. Sus transportes serían de tecnología diferente a la nuestra, no necesariamente superior si tenemos en cuenta que provienen de otro planeta con una naturaleza propia. Entonces: ¿Qué hace  a los extra-terrestres que sean (extra-terrestres)? Sigamos esta línea de pensamiento: les gusta viajar y conocer lugares nuevos, a los humanos también. Les encanta explorar el cosmos y gozar sensorialmente del paisaje que ello ofrece, a los humanos en parte también pero no tienen los medios necesarios. Entonces: ¿Qué hace  a los extra-terrestres que sean (extra-terrestres)? La casualidad, es decir, estos sujetos no son propietarios de sus naves sino que las alquilan ¿Por qué? Porque no tienen dinero, bienes o inteligencia suficiente para comprar, elaborar o permutarlas.
 Concurren a visitarnos porque les agrada apreciar este mundo. Al estar de vacaciones hacen turismo y, como cobraron el aguinaldo, alquilan un vehículo intergaláctico que permite concluir el paseo no sin antes cargar a la hembra, a los neonatos y la mascota; y para quedar bien, cargan al abuelo que pesca nubes en la ionósfera.
 Por lo visto, serían individuos inmersos en un espacio capitaliáctico devenido del descubrimiento de una estrella que, dormida en fa sostenido, se escondía un trozo más para allá del gran negro misterio pecoso.

domingo, 13 de mayo de 2012

Cuerdas




 Somos cuerdas, no es ninguna novedad, fuimos cuerdas desde siempre. Cuerdas con piernas vibrando a un determinado pulso, a esa frecuencia que al pegarnos el viento de frente nos sacude y en efecto sonamos y resonamos entre nosotros interpretando sinfonías inexistentes en las avenidas, haciendo eco en algún callejón. La música es nosotros corriendo para alcanzar el colectivo, discutiendo en los espejos de las galerías. Cuántas veces hemos sido lira, harpa, contrabajo y violín sin darnos cuenta. La brisa, la nieve y la lluvia son arcos que apenas acarician lo tibio de nuestro cabello, lo húmedo, lo nuestro.
 Soy melodía, soy silencio. Hay armonía pero no existe salvo para un árbol espectador, salvo para el pájaro oyéndonos en fatiga sin batuta, sin pentagrama y sin  ritmo.

jueves, 8 de marzo de 2012

Primer (des)amor


Un día llegué al jardín, colgué la bolsa en el perchero de la H de Helicóptero y me fui a sentar a otra mesa, solo. Sopé la Ópera en el té hasta ahogarla, me hallé inapetente. Cuando se acercaba preguntándome qué me pasaba, yo le mentía. Le quería decir algo que de algún modo, imaginaba, iba a herirla. Dije lo que me salió y se echó a llorar en el piso, vino la maestra. Fue todo un desastre.
 Con apenas cuatro años y viendo al mundo desde noventa centímetros de altura comenzaba a incurrir en el amor. Claro está que era un amor desentendido de besos, discusiones o sexo; era un amor prescindiendo de sus síntomas aunque verdadero y resguardado en un pintorcito color celeste. Fuimos novios unos cuantos meses a pesar de las quejas que imponía una compañera:- Ustedes son muy chicos para ser novios.- Nunca hicimos caso, es más, no teníamos pensado invitarla a nuestra boda (en caso de tal ágape). Contábamos con la presencia mutua a la hora de la merienda y eso trascendía cualquier instrucción.
 Qué es lo que hizo posible la unión, sin experiencias previas, entre dos criaturas ingenuas. Por qué seremos tan torpes de caer en la trampa que nos acapara el corazón hasta extasiarlo  sin ser conscientes de la pureza de los sentimientos. Quizás el primer amor es también el primer des-amor. Es el accidente inevitable del cual uno se salva justamente por no tener un seguro.
 El primer amor es como un estornudo con los ojos abiertos: increíble, fugaz, no perecedero en la memoria  de quien lo padece.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Superclásico


La paz característica entre Orden y Limpieza es tan ordinaria que solemos confundirlas. Pasamos la vida entendiendo Limpieza y Orden como dos cosas parecidas que van de la mano y planifican un día a la semana para encontrarnos en la casa haciendo dichas tareas.
 Orden es quietud, es azul y frío. Es reposo levitando el almíbar. Limpieza es caos, es soplar los libros de una biblioteca y apilonarlos analfabéticamente; es tensión e incógnita.

Velódromo, 2011

martes, 10 de enero de 2012

Bosquejo de un sueño

 Guillermina. 29 años. Nació ochomesina. Tuvo un hermano y después, y para sorpresa de muchos, tuvo una hermana. En segundo grado hizo de Remedios de Escalada. De chica quería ser veterinaria, pero el tiempo y el entorno la fueron arrimando a los números. Le encanta el relleno de las Merengadas. En fin, licenciada en administración de empresas, vive en Almagro y los fines de semana visita a su familia en Parque Leloir. Convivió con un novio algún tiempo. Hoy es dueña de Fermín, su fox terrier.
 Sin embargo Guillermina sueña. Sus sueños se parecen a las canciones de Devendra Banhart  pero con menos colores. Empiezan en el departamento donde hay música, mucha gente, luces. Fiesta. En el comedor hay un cirujano operando los recuerdos de Guillermina sobre la mesa. No hay sangre, hay más bien alaridos. De la cama aparecen cucarachas de un tamaño considerable que recorren todo el barco. En el restaurante llega un hombre de aspecto sofisticado. Una nena con vestido, dos colitas en el pelo y de rostro glacial, no puede parar de hablar de porno. Aparece un elfo vestido de sidra bailando cumbias, todos se ríen y se estiman. En el restaurante, una mesera le pregunta al hombre de aspecto sofisticado que desea tomar, responde que un vaso con agua dentro, por favor.
 Guillermina es linda y enamora en dos maniobras. Duerme tapada apenas con una sábana. Descansa.
 Una persona conocida pero irreconocible toca el piso. Blanco. Por culpa del cirujano todos se disfrazan de recuerdo. En el restaurante una señora gorda y muy maquillada se sienta en la mesa junto al hombre de aspecto sofisticado. La madre se había encerrado en el baño con un hacha diciéndole a Guillermina que pidiera perdón y que no le contestara nunca más. Ruidos provienen del placard. Guillermina ve una puerta de madera cerrada. Ruidos provienen del Placard. Guillermina ve la puerta de madera cerrada que es la del baño de su casa. Ruidos provienen del placard. Guillermina – puerta de madera – baño – madre grita y llora.
 Guillermina es fea y nadie la quiso nunca. Da media vuelta, siente secos sus labios. Descansa.
 Se abre el placard, una tribu de indios caníbales confunde a los humanos con las cucarachas comiéndose a estas últimas. Todo un gesto de lucidez. En el restaurante, el hombre de aspecto sofisticado bebe vino mirando al más acá mientras que a  la señora gorda y muy maquillada se le caen trozos de comida a medio mascar de su boca. Accidentalmente, el cirujano añade un caracol en los recuerdos de Guillermina y Guillermina se sueña a sí misma  en la calle levitando a casi dos metros del suelo como buceando en el aire. Hace ring – raje, pero la huida es lerda y se fatiga intentado doblar la esquina. La fiesta está terminando.
 Guillermina transpira, se siente sofocada por el calor y despierta sin recordar nada. Se levanta con ganas de hacer pis. Cruzando la puerta del baño siente un cosquilleo en la espalda.