Madrugar con la noticia que es tu último día, que por más que corras, el cuento no tiene un final feliz, que necesitar de otro siempre va a ser una carencia, que no existe lo que se anhela, que no se anhela sin antes imaginarlo, que imaginarlo es escapar, que escapar es afirmar que no sos feliz.Y cómo quiere uno ser feliz, si madruga con una mala noticia.

lunes, 6 de junio de 2011

Estima



Resulta que uno tiene la maña de tomarle cierto cariño a las cosas y no estoy hablando de ese cariño que alguna vez explicó la maestra de quinto grado, me refiero a sentirse como la mierda cuando se entra a ese lugar y le han ocupado el asiento y el asiento donde uno va cuando el primer asiento está ocupado. En síntesis, el ambiente está lleno y uno no puede sentarse a gusto. Lo que se cataloga como "un bajón". Hasta que se desocupa el asiento y la silla parece llamarnos, gritar nuestro nombre y llega gente sentándose en otros lugares invitándonos indirectamente a apoyar la nalgas donde siempre, pero ya es tarde, porque hemos intimado, nos gusta como el sol pasa por esa ventana, nos entretiene ver las mismas cosas desde otro ángulo y ya no queremos ir a sentarnos en aquella silla que está sola y vacía esperándonos.