Madrugar con la noticia que es tu último día, que por más que corras, el cuento no tiene un final feliz, que necesitar de otro siempre va a ser una carencia, que no existe lo que se anhela, que no se anhela sin antes imaginarlo, que imaginarlo es escapar, que escapar es afirmar que no sos feliz.Y cómo quiere uno ser feliz, si madruga con una mala noticia.

lunes, 22 de julio de 2013

Generación Post

Desgano, angustia, frustración, temor, miedo al miedo, miedo al éxito, pánico, cansancio, dolor, resiliencia, pereza, soledad. Ni todo esto acarrea el difícil resumen para patear y seguir pateando hechos, responsabilidades y compromisos. Postergar, no sabemos hacer otro cosa, no nos sale hacer otra cosa. Cuesta aceptarlo pero es así.
No dejar para mañana lo que se pueda hacer pasado mañana. Así es como empieza a crecer la madeja. Un acto fallido del azar o simplemente un acto fallido desnuda a la voluntad y  la arrastra entre los más confusos vientos, un ruido que va en crescendo hasta desbordar al silencio entero.
 “nunca” “basta” “pausa” “cambio” “ya” “ahora” “momento” son palabras tan meditadas y tan mal usadas que, entre los peores casos de ostracismo destacan el de cada persona, pues el ego obeso no hace más que saturar al pensamiento. Tanto peor sea tomar consciencia.
 Casos con vicios, casos con familiares consentidos, casos con cosas sin quienes. Postrados de la tecnología en tiempo real como única sociabilización posible, virtual.
 Todo en común y ninguna ayuda, mayoría remanente de un ejército (de bobos) deficientes. Ya no hay ideología, y como no la hay tampoco la hubo. En un principio era el comercio, luego la industria y la toma de conciencia, hoy: perecer en el signo, en la ilusión, en el complejo de Peter Pan que estimula a gusto y capricho la materialización de un sueño que no alcanza la vigilia. Individuos iguales y únicos, alienados y eremitas. Mentalmente enghettados y materialmente subordinados, no por instituciones, porque una subordinación de ese tipo al menos podría crear maldad, y de ella surgiría la perversión, de ésta el fracaso y por último la diferenciación, lo distinto, y así dialécticamente. Entonces, mentalmente enghettados y mentalmente subordinados por la flexibilidad originada en la renuncia y rotura del vínculo.

¿Por qué nos han diagnosticado procrastinación sin siquiera conocernos? ¿Qué nos han hecho?

martes, 2 de julio de 2013

Qué sueño feo. Podía reír, podía pasear y jugar, actuar. Delirar. Podía presentarme en una fiesta y, sin embargo, no resistí verte. Mucho menos verte feliz, contenta, riendo, abrazada y acariciada, verte hecha como YO hubiera verte.
Quise escapar, irme – estaba loco, dado vuelta- no sabía a dónde… Por última vez en sueños busqué verte. Me viste.
Te soltaste, te diste cuenta, tu falta, pensaste y pesaste tu inconsciencia de estar…ahí.

Corriendo, llorando. Llegando.
Lágrima, mejilla. Resignación.

Como si de tanto verte volaras hacía la indiferencia. Verte con disculpas ¡No! Verte y negociar todo – tan poco- como un buen recuerdo.

¿Por qué termina el sueño en una piscina con agua, flores y vos nadando entre azul?

Logré escapar, qué sueño feo.

Ahora me aguarda la desilusión de tender la cama.