Madrugar con la noticia que es tu último día, que por más que corras, el cuento no tiene un final feliz, que necesitar de otro siempre va a ser una carencia, que no existe lo que se anhela, que no se anhela sin antes imaginarlo, que imaginarlo es escapar, que escapar es afirmar que no sos feliz.Y cómo quiere uno ser feliz, si madruga con una mala noticia.

jueves, 19 de mayo de 2011

(que la razón no asegure) lo que la imaginación provee







Hubo una vez una señora que no salía a la calle por temor a que se le cayera su nariz. Ella estaba tan segura que pisando la vereda, plop, se le desprendía su nariz, que pasaba todo el día en su casa. Por más que trataron de convencerla no hubo forma, ella no quería. Cierta tarde a alguien se le ocurrió mostrarle una cajita argumentando que podía salir a la calle y en caso que se desplomase su nariz salvaguardarla dentro. Así fue como la señora comenzó a caminar con cautela por el barrio con su cajita en las manos. En el período que empezaron a manifestarse mejorías y ya pensaban permutar la cajita por un pañuelo, un psiquiatra la medicó y la internó en un geriátrico del cual nunca quiso ni pudo salir.

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